Ayer por la tarde me dispuse a salir, pase a la tienda de la esquina,
mientras caminaba entre los corredores estrechos mirando por lo que buscaba me sorprendí
cantando a todo pulmón “esos anillos con nuestros nombres grabados, ese par de
anillos de dos enamorados” y me pregunte de donde rayos conozco esas letras.
Hay cosas que sin querer se quedan contigo, como quieras llamarlo, en la impronta
de tu cerebro o si prefieres en la añoranza del corazón.
Palik